“Nueva etapa, nuevos retos” es el lema utilizado por el Gipuzkoa Basket para esta temporada. Tras tres años duros se encuentra un patrocinador que de una estabilidad futura al equipo y pueda pensar en objetivos a Largo plazo. Reta firmará por 2años aportando una cantidad significativa (a esperar de conocerla) para el devenir del club.
Hace un par de meses, la situación era insostenible, el barco se hundía. A día de hoy parece que se contará con un presupuesto de 4-5 millones; cantidad sumamente positiva para mantenerte sin problemas en una liga que cada vez tiene más costes de permanencia. En Junio, concretamente, ponía en duda (y lo seguiré manteniendo) si el club fue capaz de gestionar bien los recursos obtenidos en época de “bonanza” que no dejaban al Gipuzkoa basket ser una entidad solida con una proyección futura sostenible.
La realidad es que el club ha estado al borde de la desaparición, ocasionado principalmente, por la no existencia de financiación tanto privada como pública. Una financiación pública que debe ser suprimida en el deporte profesional. Cierto es que la mayoría de los clubes ACB (por no decir todos) reciben ayudas públicas, pero no podemos vivir constantemente de ellas ya que nos pueden llevar a situaciones similares a los de estos últimos años.
Y con el comienzo de una nueva etapa de crecimiento, cabe la posibilidad de preguntarse ¿Y por qué no somos capaces de gestionar esa ayuda pública cubriéndola cada año con la obtención de ayuda privada?
Aquí puede estar una de las claves para la estabilidad del club a largo plazo. Y cuando se habla de largo plazo hay que echar la vista hacia un camino de 10 años. Dentro de 4 años volverá a haber elecciones autonómicas, puede suceder que la subvención vuelva a desaparecer (quien sabe) y debemos saber gestionar esa situación ya vivida.
Es decir, que si se recibe una subvención pública durante 4 años equivalente a una cantidad (X), ser capaces durante esos 4 años de cubrirla. Por ejemplo; reduciendo la subvención cada año y a su vez cubrir ese “GAP” mediante pequeños patrocinios privados. La conclusión a esta pregunta es la siguiente:
“ser capaces de gestionar ingresos privados de una manera solida para hacer frente a fluctuaciones económicas y no se tenga problemas a la hora de perder una cantidad importante recibida mediante subvención pública”
A su vez, esta nueva etapa debe ir ligada a la posibilidad de realizar nuevos retos que sirvan para que, además de crecer en lo deportivo, crecer a nivel social. Es decir, la posibilidad de crear un establecimiento (quitando las oficinas de Anoeta-Illumbe) donde poder vender las camisetas de juego, sudaderas, bufandas, etc. O la posibilidad de hacer un estudio de viabilidad (desconozco que se haya realizado) de un establecimiento propio en Donostia para la obtención de un mayor retorno del “producto”.
Por lo tanto y realizo la misma pregunta que realice hace unos meses, pero ahora con una solidez económica mayor. ¿Tenemos un potencial de crecimiento suficiente y medianamente ambicioso tanto en el aspecto deportivo como en lo económico?
A día de hoy y con el presupuesto estimado de 4-5 millones el objetivo principal pasa por mantener el proyecto en una senda de crecimiento que haga frente a deficiencias futuras y poder solventarlas de una manera rápida y solida. El potencial de crecimiento debería estar (como ya he dicho) a largo plazo, un potencial que te haga tener una solidez en 5-10 años, años clave para ver la resistencia real de este proyecto.
En conclusión, comienza una nueva etapa que espero que sea positiva y que posicionen al Gipuzkoa Basket como un club solido en una liga insolvente.